les ofrecemos soluciones de comunicacion, marketing, diseños graficos y fotografias objetivas. 809-396-4520 San Pedro de Macoris, R.D
miércoles, 25 de julio de 2007
Salvado Por Un Angel?
Pastor Alejandro Bullón
Truena Dios maravillosamente con su voz. Hace grandes cosas, que nosotros
no entendemos. Job 37:5.
Francisco se levantó por la mañana con la sensación de que despertaba en un pequeño bote, sin remos, en medio del océano. Ese día debía pagar tres facturas y no tenía un centavo en caja. Todos los intentos por conseguir dinero el día anterior habían fracasado. Estaba ante una dura realidad. Si no pagaba las deudas, sería protestado, y el negocio no andaba tan bien como para resistir un protesto bancario.
¿Qué hacen los hijos de Dios cuando soplan vientos contrarios y parece que la barquita se va a hundir?
¿A dónde corren a refugiarse quienes confían en el Señor? Francisco cayó de rodillas y dijo: "Señor, humanamente no hay salida para mi problema, pero tú estás por encima de todo y eres todopoderoso. Necesito un milagro, y es eso, exactamente, lo que estoy pidiéndote que hagas para salvar mi negocio".
A las 8 de la mañana abrió el negocio. Para poder cumplir con el compromiso debía vender hasta el mediodía el equivalente a tres de los mejores días de venta. Él y los vendedores esperaban con expectativa la entrada de los clientes, pero nadie aparecía. El reloj indicaba ya las 9:30 cuando entró un hombre acompañado por dos jóvenes. Comenzó a comprar. Pidió un par de zapatos, y otro, y otro. Francisco y el vendedor que atendía al caballero se miraban uno al otro, desconcertados. El hombre no paraba de pedir, y cuando llegó la hora de pagar, sacó del bolsillo un enorme rollo de billetes y pagó todo al contado.
Francisco le preguntó: "¿Quién es usted? ¿Puedo ayudarlo a llevar sus paquetes hasta el auto?" El hombre le dijo que no era necesario, que había llegado esa mañana, que había subido por la Av. 7 de Septiembre, en Salvador, y había sentido deseos de entrar y comprar zapatos.
Cuando el extraño visitante desapareció, Francisco corrió a la caja. Tenía allí la suma exacta que necesitaba para pagar las cuentas. Dios no había fallado.
Dios hace grandes cosas que muchas veces no comprendemos. Dios no duerme, está siempre vigilante y atento a la oración de sus hijos.Podemos confiar en Él. Nunca falla. Su respuesta puede no armonizar con nuestras expectativas, pero no falla. ¡Cree en eso!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario